martes, 10 de mayo de 2011

Antifonte

A pesar del acuerdo unánime que existe en cuanto a la influencia de la Antigua Grecia en la civilización occidental, a menudo se desconoce hasta qué punto es cercana su influencia; sobre todo en esta época de caos cultural, ético y político en que se ha convertido nuestro entorno con la dichosa globalización. Esto no difiere en demasía de lo que debió ser la Atenas demagógica que acabó con Sócrates, del que ya hablaremos largo y tendido en su momento, en sus momentos.

Para comenzar este blog en donde quiero mostrar la enorme contemporaneidad, para lo bueno y para lo malo, de la Antigua Grecia, quiero comenzar mi retrato de los antiguos griegos hablando de Antifonte, ilustre orador que fue ejemplo de gracias a sus dotes retóricas y oratorias, según la leyenda capaces de convencer a cualquiera de las cosas más asombrosas. Antifonte defendía la ley natural como verdadera frente a la positiva, mera opinión, que a veces dañaba nuestros propios intereses. Ponía como ejemplo que la obligación de decir la verdad en un juicio porque, aunque fueses justo y sincero, ta granjearías la enemistad de aquel contra el que estabas declarando.

Lo curioso de este personaje es que, a pesar de defender un discurso altamente relativista, suele caer bien por ahí. En el libro de "Historia de la filosofía" de Carlos Goñi Zubieta se afirma que Antifonte exponía "valiosos pensamientos éticos". Sin embargo, en su libro "Sobre la verdad", se puede observar fácilmente la esencia del discurso de este pensador:

"La Justicia consiste en no violar las leyes de la ciudad de donde uno es ciudadano. Así, una persona hace justicia en su propio beneficio si acata las leyes positivas si está en presencia de testigos, si acata las de la naturaleza cuando no hay ningún testigo. [...] Así, alguien que viola la ley positiva evita la vergüenza y el castigo si nadie le ve. Pero si alguien intenta violar algunas de las leyes inherentes de la naturaleza, cuando es imposible, el daño que sufre no es menor si nadie le ve, y no mayor si alguien es testigo de su acto". (Texto traducido del inglés: "Greek and Roman Political Thought", editado por la universidad de Cambridge).

Es decir, según la ley positiva, algo está mal sólo cuando te pillan con las manos en la masa. Si estás solo, déjate llevar por tus propios impulsos. Sólo hay que preguntar a un estudiante de instituto sobre si copiaría de estar solo en el aula, sin posibilidad de que le pillasen, y esperar la respuesta. Bien pensado, Antifonte, como pensador ético, quizás sea la mayor influencia de la Antigua Grecia en nuestro querido siglo XXI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario